Aunque es un producto con el que envolvemos frecuentemente nuestros alimentos, el papel de aluminio podría ser tóxico si es utilizado de forma incorrecta. Por ello, desde Recuperaciones Manuel Grueso queremos comentarte la forma correcta de utilizarlo.
En primer lugar, cabe destacar que el papel de aluminio tiene dos lados diferenciados, el lado opaco y el lado brillante. El primero se encarga de absorber las temperaturas del exterior, mientras que el brillante repele las temperaturas que llegan de fuera. Sin embargo, es bastante habitual ver como ponemos la parte brillante hacia afuera, algo incorrecto, según asegura el CSIF de Córdoba.
La parte brillante crea una barrera para evitar el contacto de los alimentos con el aluminio. De esta forma, los profesionales aconsejan que esta parte brillante sea la que pueda entrar en contacto con los alimentos, protegiéndolos contra los efectos que puede generar el aluminio, tales como complicaciones en el funcionamiento del cuerpo o factor de la aparición temprana del Alzheimer, según informan desde esta asociación.
Sin embargo, existen otras posturas, como la de la OCU, que asegura que este informe del CSIF no es correcto, pues la diferencia de color se debe a que al fabricarlo, el papel pasa por dos rodillos, uno de acero pulido y otro de presión, que vuelve más mate al papel y que por tanto las dos caras son igual de eficaces.