Cuando nos compramos un móvil nuevo para sustituir a su actual teléfono, ¿qué hacemos con el viejo? ¿Lo reciclamos? ¿Lo guardamos por si fuera necesario en otra ocasión? ¿Lo tiramos a la basura sin miramiento alguno? ¿Lo regalamos a un familiar?
A día de hoy, muy pocos son los que piensan en reciclar su móvil. En la mayoría de los casos, si el terminal antiguo aún funciona bien, se acostumbra a guardar para alguna emergencia, pero hay que destacar que, cuando no es el caso, pocos saben cómo gestionar bien este residuo electrónico. Esto puede llegar a ser un problema porque, a decir verdad, es muy importante que este tipo de aparatos se reciclen. Es por ello que hoy, desde Recuperaciones Manuel Grueso, queremos recordaros la relevancia que tiene hacer este proceso.
Los móviles actuales contienen aluminio, cobre, cobalto e incluso coltán, recursos de difícil y cara extracción, que suponen toneladas de recursos naturales malgastados en el caso de que no se reciclen. Con el tiempo, la basura tecnológica aumenta y un correcto uso de los terminales antiguos supone un beneficio para todos. Ceder un móvil para su reutilización a un familiar, venderlo para que sea utilizado de segunda mano, a través de una tienda o de forma directa, así como llevarlo a un punto de reciclaje si se trata de un terminal inservible, son acciones que suponen un ahorro energético y económico.
Si te preguntas dónde reciclar, debes saber que estos dispositivos pueden entregarse a los distribuidores cuando compramos un nuevo terminal, en los puntos limpios de cada ciudad y a cualquier gestor de residuos de RAEEs (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos), que los gestionarán de forma correcta.