El cobre es un metal del que os hemos hablado en varias ocasiones debido a sus propiedades. Hoy, desde Recuperaciones Manuel Grueso, lo retomamos para adentrarnos un poco más en sus usos y aplicaciones a raíz de sus características.
Como sabéis, las principales propiedades del cobre son la conductividad, la maleabilidad y su ductilidad, razón por la que lo vemos presente en multitud de circuitos y conexiones eléctricas, aparte de formar parte del cableado que integran las telecomunicaciones.
Es también uno de los metales más reciclables dado que sus características y sus cualidades no se pierden pese a ser utilizado una y otra vez. Por esto, de él se dice que es uno de los más usados del mundo.
Dado que de él se obtienen muchas aleaciones, y que es muy resistente tanto a la corrosión como a la oxidación, es normal que lo podamos emplear en diferentes formas, como las siguientes:
- Tuberías de agua.
- Tubos de rayos catódicos.
- Instrumentos musicales.
- Hilo conductor de electricidad en aparatos eléctricos.
- Interruptores.
- Recipientes de agua, pero más bien esto es así si hablamos de épocas antiguas. Dado que es notablemente resistente a la oxidación, como os decíamos antes, este metal era muy usado para fabricarlos.
Cabe añadir que, muchas veces, cuando lo vemos en los objetos que acabamos de mencionar, va también mezclado con otros materiales, como podría ser el níquel.