El hierro dulce, más conocido como hierro forjado, es un material férrico al que se le llama así por la propiedad de poder ser martilleado y forjado al rojo vivo. Hoy, desde Recuperaciones Grugar, os recordamos este material que, a modo de decoración, vemos mucho en los hogares.
Hierro forjado: Cómo se fabrica
Para fabricar este material, hay que soldarlo por forja, que se templa o endurece cuando se enfría bruscamente. Por ello, el material se funde a una temperatura de 1500ºC y es poco tenaz. Cabe destacar también que éste tiene menos carbono que el hierro colado. Por otra parte, también es muy maleable, tiene una gran resistencia a la tensión, y tolera ser estirado y doblado.
La manera de fabricarlo es añadiendo óxido de hierro al arrabio fundido hasta que el propio hierro se termine volviendo menos puro y menos fluido. De esta forma, cuando se encuentra en un estado semi-fundido, el hierro forjado ya está listo para que se pueda trabajar con el martillo y posterior estirado. Pero antiguamente no se hacía así.
Hoy en día contamos con muchos avances que nos permiten trabajar con el hierro forjado más fácilmente, aunque hay que señalar que, antes del siglo XVIII, casi todos los objetos de hierro se forjaban a mano: pestillos, manijas, cerraduras, bisagras, rejas, pasamanos, etc.