Al igual que en las últimas semanas, hoy, en Recuperaciones Manuel Grueso continuamos hablando de los distintos materiales férricos que existen y de los que ya os hicimos una lista anteriormente. En este caso nos centramos en el hierro dulce, que es el hierro más puro que aparece en la naturaleza.
Este hierro es bastante blando y es muy usado para fabricar electroimanes, aunque, siendo realistas, la mayor parte del hierro acostumbra a utilizarse en formas que han pasado por un tratamiento previo, como sería el hierro colado o la fundición.
Las características de este material es que es plateado, de gran permeabilidad magnética, dúctil y, además, maleable. No obstante, también es un hierro que admite la forja, por lo que es posible denominarlo hierro forjado.
La forma de obtener este hierro se basa en un procedimiento de electrolíticos, a partir de baños de sulfato y cloruro de hierro. El material resultante es empleado entonces para la conducción eléctrica debido a su baja resistividad.
Sin embargo, este hierro presenta una serie de inconvenientes y es que, al ser muy poroso, se puede oxidar con gran facilidad, además de presentar grietas internas frecuentemente, lo que lo convierte en un material poco útil para aplicaciones industriales.