Los metales, con el paso del tiempo, se pueden corroer y oxidar debido a los factores medioambientales que los rodean, lo que nos lleva a pensar que estos ya no nos son útiles. Sin embargo, ese pensamiento no es exactamente cierto y hoy, desde Recuperaciones Manuel Grueso, queremos explicaros porqué.
Cuando un metal se ha corroído u oxidado, aunque al principio creamos que no, se pueden recuperar para que cumplan con otras funciones. Que sufran estos desperfectos es algo inevitable, ya que la razón de esto reside en una reacción química en la que el metal pierde electrones, algo que ocurre cuando el metal entra en contacto con el oxígeno. No es algo instantáneo, obviamente, sino que es algo que se va a apreciando con el transcurso de los años.
Habitualmente, esta reacción la podemos encontrar en barandillas metálicas, cierres de terrazas o incluso en esculturas metálicas. En ellas, dado que están a la intemperie, se aprecia más fácilmente puesto que a menudo vemos cómo se ven anaranjadas debido a esto.
Como siempre, os recordamos que hacer una buena gestión de vuestros metales es la mejor fórmula para cuidar el medio ambiente y, además, hacer que estos puedan seguir aprovechándose, por lo que os recomendamos que os pongáis en contacto con nosotros si precisáis de nuestros servicios.