Como ya os comentamos al final de nuestra anterior publicación, hoy, desde Recuperaciones Manuel Grueso, queremos continuar hablando de las aleaciones del metal que son más comunes. Retomamos el tema hablando de las que son bajo punto de fusión.
Teniendo esto en cuenta, nos centramos en las aleaciones base zinc. Este material se utiliza con frecuencia para recubrir y proteger frente a la corrosión, y es muy habitual que recubra el acero. Por otra parte, tenemos la suma del plomo con el cadmio, que da lugar a una dureza y resistencia mucho mayor; es habitual encontrarla en burletes, latas soldadas y placas de fotograbado.
Sin embargo, si se precisa una mayor resistencia a la tracción y mayor resistencia a fluencia, habrá que añadir cobre en proporciones de 0.50 a 1.50% y Titanio entre 0.12 a 1.0%, algo que podemos apreciar en techos acanalados, guías y canales. Por último, y en lo que al zinc se refiere, señalamos que las dos aleaciones comerciales más importantes se conocen como zamaks.
Dichas aleaciones, cuando tienen al cobre de aditivo, muestran propiedades mecánicas excelentes, además de su buena colabilidad, y se usan mucho en piezas de automóvil, utensilios de cocina, ferretería, herrajes y juguetes.
Antes de terminar, vamos a comentar las aleaciones especiales, que tienen base níquel y cobalto.
Como sabéis, el primero es un metal muy importante y, a decir verdad, tiene una gran consideración debido a su extraordinaria resistencia a la corrosión y oxidación a temperaturas elevadas. Por su parte, el cobalto presenta una resistencia a la corrosión y a la oxidación menor que la del hierro y, como es costoso, hacen que el metal puro no tenga en la práctica una aplicación industrial.