Si en nuestra anterior publicación os comentábamos que se querían aprovechar los residuos generados por las demoliciones y derribos, hoy, desde Recuperaciones Manuel Grueso, queremos recordaros cómo se lleva a cabo éste último.
Lo primero que se debe hacer antes de efectuarlo es aplicar las medidas necesarias para evitar una intoxicación por amianto. También hay que identificar los lugares del interior del edificio que tengan materiales peligrosos o tóxicos para las personas y proceder a su desmantelamiento. Posteriormente se realiza un reciclado de dichos materiales.
Lo siguiente es preparar la zona del derribo. Para ello hay que colocar vallas y señales de tráfico. Se anularán las instalaciones de agua, gas, electricidad, etc., inspeccionando los sótanos si los hay para comprobar que no existen gases o elementos tóxicos.
Posteriormente se realiza una retirada de derechos y elementos decorativos fijos, desmantelar carpinterías y sanitarios, desinstalar redes de calefacción, electricidad y fontanería, desarmar elementos exteriores como por ejemplo los falsos techos, y también desmontando tejados y elementos divisorios internos para derribar de forma controlada.
Para que las emisiones de polvo, no sean un problema, se riegan de forma continua los escombros, además de cubrirse con una lona.
Por último, y debido a todos los residuos que se generan, hay que hacer una gestión correcta de ellos para reciclarlos, algo en lo que, como sabes, somos expertos.