A día de hoy, hay gente que no sabe exactamente cuáles son los metales férricos y cuáles no. Hoy, desde Recuperaciones Manuel Grueso, os hablamos de ellos para sacaros de dudas.
Metales no férricos:
- Cobre, muy empleado en telecomunicaciones.
- Magnesio, muy abundante en la corteza terrestre y disuelto en las aguas del mar.
- Titanio, usado a menudo en las prótesis médicas.
- Níquel, que forma parte de numerosos compuestos orgánicos.
- Oro, caracterizado por ser muy dúctil y maleable.
- Aluminio, ideal para fabricar recipientes para alimentos.
- Estaño, usado para proteger al acero de la oxidación.
- Zinc, empleado a menudo en los procesos de galvanización.
- Latón, muy útil para la fabricación de herrajes, piezas de fontanería, y herramientas en general.
- Bronce, habitual en estatuas, llaves, piezas accesorias…
Metales férricos:
- Acero inoxidable, muy útil para fabricar tuberías y herramientas de plomería.
- Acero de Damasco, frecuentemente utilizado en cuchillos y otros objetos cortantes.
- Hierro puro, a pesar de que no es muy útil dada su fragilidad y veloz oxidación.
- Hierro dulce, muy usado para las aleaciones y la forja por sus características de rápido enfriado.
- Acero “wootz”, muy duro e indeformable.
- Permalloy, que es una aleación magnética de hierro y níquel que se caracteriza por su alta permeabilidad magnética y resistencia eléctrica.
- Acero al carbono, también conocido como acero de construcción, y es un derivado del hierro que se produce en la industria siderúrgica.
- Acero al silicio, llamado también acero eléctrico, magnético, o acero para transformadores, que es donde más se usa.