Tal y como os adelantamos la semana anterior, hoy desde Recuperaciones Manuel Grueso, queremos hablaros de las diferentes aleaciones que tiene el cobre para que las conozcáis mejor.
Empecemos comentando la aleación de cobre y níquel. Está es conocida por su gran resistencia a la corrosión y las incrustaciones marinas.Cuando estos dos materiales se unen, la capacidad del cobre frente a la corrosión se refuerza y así se mantiene su excelente ductibilidad.
La aleación formada por el cobre y el berilio es una de las más fuertes y duras. No importan las condiciones de calor o frío a las que esté expuesta, ya que las aguantan muy bien. Por otra parte, cabría destacar que sus propiedades en lo que a la corrosión se refiere, es igual de alta que la anterior.
Pasamos a hablar ahora sobre la aleación llamada bronce de cañón, que es una mezcla de cobre, estaño, zinc y plomo y que, por lo que se sabe, se lleva utilizado desde hace más de 2.000 años. La razón de ello es que es muy fácil de fundir y que tiene una gran fuerza y resistencia frente a la corrosión.
Del mismo modo, nos encontramos que las primeras aleaciones que se hicieron del bronce tuvieron lugar hace 4.000 y se realizaron mezclando cobre y estaño, cobrando tanta importancia que dieron lugar a la conocida Edad de Bronce.