En alguna que otra ocasión os hemos recordado que la chatarra puede extraerse de muchos sitios y uno de ellos son los vehículos que quedan en desuso. Hoy, queremos hablaros de ello desde Recuperaciones Manuel Grueso.
Y es que, antes, concretamente en los años 30, las compañías automovilísticas ya empezaron a hacer algo que a día de hoy se ve mucho: crear productos con una fecha de caducidad para que el negocio no descienda. Para estas empresas, fabricar algo cuyo uso pudiera ser longevo era un problema, razón por la que empezó a ponerse en práctica la conocida “obsolescencia programada”.
De esta forma, algunas reconocidas marcas de coches comenzaron a hacer cambios en sus vehículos para que, pasado un periodo de tiempo, los usuarios quisieran tener un coche distinto, aprovechando también el hecho de que lo más reciente sería mejor y tendría unas prestaciones muy distintas a las anteriores.
Sin embargo, los continuos cambios han terminado por hacer que la acumulación de chatarra se convierta en un problema que cada vez va a más, razón por la que empresas como la nuestra se dedican a la buena gestión de estos residuos con el fin de poder sacar un nuevo partido del material y fabricar nuevos productos con ellos, ayudando también a que se proteja más el medio ambiente y no se agoten los recursos naturales.