Hace unos meses, la multinacional Inditex hizo pública su intención de apoyar el reciclaje de ropa con diversas iniciativas alrededor de todo el mundo. La más llamativa, por útil, es la instalación de contenedores en todas sus tiendas para que sus propios clientes puedan depositar prendas utilizadas. La campaña, bautizada como ‘Closing the Loop’, irá de la mano de organizaciones como Cáritas o Cruz Roja y también incluirá proyectos de investigación con el objetivo de descubrir nuevas técnicas de reutilización textil.
No es la única marca que se ha interesado recientemente por el problema del reciclaje de ropa: la sueca H&M o la firma de vaqueros Henrik Lempa también anunciaron en su día sus propias soluciones para luchar contra ello. La conciencia ecológica comienza a calar cada vez más no sólo en los consumidores, sino que son las propias marcas las que se lanzan a idear iniciativas para respetarla. Ya sea verdadero discurso o meros intentos de lavar su imagen, lo cierto es que toda ayuda es bienvenida.
Y es que la importancia de reciclar todo lo posible queda refutada si observamos los datos sobre los costes de fabricación de la ropa. Una simple camiseta requiere de una cantidad de entre 2.000 y 3.000 litros de agua; un vaquero, más de 11.000 litros. ¿Por qué? Es el agua necesaria para cultivar el algodón que forma estas prendas, unido a la cantidad de pesticidas y productos agregados a la ropa (tintes, etc.) posteriormente.