Entre todas las tareas de limpieza que rodean una vivienda o negocio, la de limpiar a conciencia el cubo de basura es una de las más olvidadas por lo desagradable que puede ser. Sin embargo, podemos reducir al mínimo los inconvenientes de hacerlo si llevamos una limpieza periódica, puesto que cada vez que llegue el momento de acometer el proceso no nos encontraremos con una ingente cantidad de suciedad que haría más tediosa la tarea.
Además, con una limpieza habitual del cubo de basura evitaremos olores desagradables y la posibilidad de que aparezcan posibles plagas o infecciones, con todo lo que eso conlleva para nuestra seguridad personal y la de los demás. Entre las principales recomendaciones, como comentamos, se encuentra la de no esperar a que el cubo esté muy sucio para limpiarlo. Para hacerlo, nada mejor que agua caliente mezclada con lejía, sumada a algún producto desinfectante.
Además, y si la suciedad en el cubo es muy acusada, podría ser útil el uso de agua a presión; una vez acabado el proceso déjalo escurrir boca abajo en algún lugar adecuado. Y, para terminar, un último truco: un trapo empapado con jugo de limón puede eliminar del todo esos olores incrustados.